Réplica Subaru Impreza WRX STI – Un homenaje entre padre e hijo



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Desde pequeño, los rallyes no eran solo una afición, eran una forma de soñar. Pasaba horas jugando a juegos de coches con mi padre en la PlayStation, donde el Subaru Impreza WRX STI se convirtió en el coche de mis sueños. Esa imagen de velocidad, pasión y aventura quedó grabada en mí desde entonces.
Años más tarde, y tras muchos esfuerzos, ahorros y constancia, en 2019 logré comprar ese coche soñado: un Subaru Impreza WRX STI original, procedente de Irlanda. Mi objetivo era claro desde el primer día: convertirlo en una réplica fiel al coche de rally que marcó mi infancia. Pero no se trataba solo de un proyecto mecánico. Este coche tenía algo especial que iba más allá de su carrocería.
Durante mucho tiempo, la relación con mi padre estuvo rota. Por diferentes motivos personales, estuvimos distanciados desde que tenía 14 años y yo ahora teniendo 32, pasamos muchos años sin hablarnos. Sin embargo, hace un año, tras una serie de cambios en su vida, volvimos a hablar. Y curiosamente, lo que nos unió de nuevo fue este coche.
Desde entonces, este proyecto ha pasado a ser mucho más que una restauración: es una reconstrucción de una relación. Juntos, hemos dedicado fines de semana y tardes a desmontar, lijar, reparar, y sobre todo, a hablar y reconectar. Cada paso que damos con este coche, cada pieza que encajamos, es también un paso en nuestra historia familiar.
El coche, al ser volante inglés y haber pasado años en clima húmedo, presenta muchos problemas de óxido. También requiere mucho trabajo de chapa y pintura. Ya tenemos el body kit de fibra de vidrio, con el diseño ancho y agresivo típico de rally, pero aún queda camino por recorrer. Y es ahí donde los 5.000€ del premio WD-40 serían determinantes: nos permitirían avanzar significativamente en la restauración, cubrir materiales esenciales, proteger la carrocería del óxido, y acercarnos al sueño de ver este coche terminado y rugiendo como en aquellos juegos de infancia.
Este proyecto es, en esencia, un homenaje. Al coche que me inspiró, a los rallyes que me hicieron soñar, y a mi padre, con quien estoy recuperando el vínculo más importante de todos. Y no hay mejor herramienta para hacerlo realidad que la pasión, la constancia, y productos como los de WD-40 que nos acompañan en cada tornillo y cada recuerdo.
Gracias por considerar nuestro proyecto.
Un sueño de infancia, reconstruido con manos llenas de óxido… y de cariño.