RESTAURACIÓN VEHÍCULO TOMCAR

En el año 2013 encontramos en un desguace un vehículo que llamó nuestra atención. Lo que en un principio comenzó como un simple hobby familiar, con el propósito de fomentar el aprendizaje y la curiosidad de mi hijo de 10 años, acabó convirtiéndose en un verdadero proyecto de restauración y superación personal.

A medida que íbamos descubriendo más información sobre el coche, crecía también nuestra motivación por devolverle su estado original. El proceso de restauración, que se extendió durante cuatro años, consistió en el desmontaje completo del vehículo, la reconstrucción del motor y el chasis, la aplicación de una nueva pintura y la búsqueda minuciosa de recambios originales.

Actualmente, el vehículo se encuentra matriculado en Francia y solo resta completar la inspección técnica (ITV) y proceder a su declaración como vehículo histórico.

Antes que nada, se solicitó información a la policía para comprobar la situación legal del vehículo, ya que al encontrarse en un desguace existía la posibilidad de que fuera robado.

Posteriormente, al buscar más información, nos llamó la atención su rareza y el reducido número de unidades fabricadas. La marca estuvo operativa durante poco tiempo y, aunque el modelo llegó a estar disponible en España, creemos que se vendieron muy pocas unidades.

Durante la investigación también encontramos una fotografía del vehículo expuesto en lo que parece ser un museo, con una bandera estadounidense al fondo.

A partir de toda esta información, iniciamos un largo proceso de restauración, que actualmente se encuentra prácticamente finalizado; solo resta superar la ITV en Francia y tramitar su catalogación como vehículo histórico.

Debido al avanzado estado de deterioro del vehiculo —resultado de una prolongada exposición a la intemperie— se determinó iniciar un proceso de restauración completa, comenzando con el desmontaje total de los componentes.

En primer lugar, se procedió a verificar el estado del motor. Se constató la ausencia de compresión, motivo por el cual fue necesario realizar la rectificación del cilindro, cigüeñal y bomba de gasóleo. Tras dichas intervenciones, el motor quedó en condiciones equivalentes a uno nuevo.

Respecto al chasis, al ser de fibra de vidrio, presentaba una fractura central y múltiples fisuras. Aunque la reparación requirió un trabajo minucioso, resultó técnicamente sencilla y de coste moderado.

En cuanto al bastidor, se observó presencia de óxido superficial. Se procedió a su pulido, tratamiento anticorrosivo y posterior aplicación de pintura protectora, recuperando así su integridad estructural y estética.

Este paso resultó ser uno de los más complejos, dado que de su correcta ejecución dependía gran parte del resultado final de la restauración. Se inició con el lijado completo de todos los restos de pintura antigua, con el objetivo de dejar completamente visible la fibra de vidrio y poder evaluar de manera precisa los desperfectos existentes. Entre las principales áreas afectadas se identificaron la rotura de la parte trasera del chasis, daños en las zonas de apoyo de los amortiguadores y diversas fisuras y grietas en otras secciones del vehículo.

Una vez identificados los daños, se procedió a la reparación estructural mediante la aplicación de masilla específica para fibra de vidrio, seguida de un minucioso pulido y la aplicación de imprimación. Este proceso, aunque laborioso, resultó fundamental para garantizar la uniformidad de la superficie y asegurar que la pintura final tuviera una adhesión óptima y un acabado profesional.

Tras completar la preparación de la superficie, se debió tomar la decisión sobre el esquema de color definitivo. Se evaluó la posibilidad de mantener el rojo original del vehículo o seleccionar un color diferente que destacara las líneas y formas de la carrocería. Finalmente, se optó por un azul metalizado Subaru, combinado con llantas en color dorado, elección que realza la estética del vehículo y aporta un contraste elegante y moderno. El resultado final superó nuestras expectativas, logrando un acabado uniforme, brillante y visualmente atractivo que resalta la restauración completa del chasis y la carrocería.

El sistema eléctrico del vehículo, aunque relativamente simple en su diseño original, fue objeto de una renovación completa para garantizar su correcto funcionamiento y fiabilidad a largo plazo. Se llevó a cabo una instalación íntegra de todo el cableado, reemplazando cada componente eléctrico afectado por desgaste o deterioro. Entre los elementos renovados se incluyen: relojes e indicadores, cuenta kilómetros, faros delanteros y traseros, radio, fusibles, claxon y otros sistemas auxiliares.

La obtención de repuestos originales constituyó un desafío significativo, debido a la escasez de estos componentes en el mercado. Para asegurar la autenticidad y compatibilidad de los recambios, se realizó una investigación exhaustiva que incluyó la consulta de proveedores especializados, foros de coleccionistas y páginas web específicas de piezas de época. Este trabajo minucioso fue fundamental para mantener la fidelidad histórica del vehículo y garantizar que todos los elementos eléctricos funcionaran correctamente con la instalación renovada.

Tras la instalación, se efectuaron pruebas de funcionamiento integrales de todos los sistemas eléctricos, verificando indicadores, luces, instrumentos de medición y dispositivos auxiliares. Estas pruebas confirmaron la correcta operatividad de todo el sistema, asegurando que el vehículo cumple con los estándares de seguridad y funcionamiento esperados, y preservando al mismo tiempo su valor histórico.

La restauración del interior del vehículo fue encargada a un profesional tapicero, debido al notable deterioro de los asientos, que se encontraban prácticamente destrozados. Se optó por un acabado en polipiel de color crema, con costuras en azul que armonizan con la pintura exterior del vehículo, logrando un equilibrio estético y elegante. Además, se tomaron las medidas necesarias para confeccionar una capota nueva, asegurando su ajuste perfecto y funcionalidad.

Mientras se encargaban los asientos y la capota, mi padre y yo nos encargamos de la preparación del interior. Instalamos guata para insonorización y colocamos la moqueta, cubriendo incluso el salpicadero, el cual confeccionamos con el mismo material sobrante de los asientos para mantener la uniformidad en el acabado.

Adicionalmente, diseñamos y construimos un maletero en la parte trasera del vehículo, realizado en contrachapado resistente. Este añadido es funcional y útil para situaciones especiales, manteniendo a la vez la estética del interior y la integridad estructural del vehículo.

Gracias a la combinación del trabajo del tapicero y nuestras labores, conseguimos recuperar completamente el interior, logrando un acabado que respeta la estética original y mejora la comodidad y funcionalidad del vehículo.

En lo que respecta a las ruedas, como era de esperar, se encontraban completamente cuarteadas debido al paso del tiempo. La búsqueda de neumáticos nuevos resultó complicada, ya que se trataba de medidas poco comunes. Afortunadamente, tras un arduo proceso de investigación, un taller cercano logró encontrarlos, lo que nos permitió continuar con la restauración.

Por otro lado, las llantas, sorprendentemente, se encontraban en buen estado. Solo fue necesario pulirlas y aplicar pintura, logrando un acabado limpio y uniforme que recuperó su apariencia original.

El sistema de frenado presentó un desafío importante. Se trataba de un sistema con servo freno y tambores con zapatas redondas, que inicialmente no proporcionaba ninguna capacidad de frenado. Fue necesario reconstruir los tambores y las zapatas, además de reemplazar las gomas de la servobomba.

Sin embargo, al poco tiempo de poner el sistema en funcionamiento, los frenos se bloqueaban debido al sobrecalentamiento del líquido, lo que nos llevó a descubrir que el líquido de freno convencional dañaba las juntas. Tras diversas pruebas, se determinó que el líquido de freno especial de silicona era el más adecuado, permitiendo un funcionamiento óptimo y seguro. Desde entonces, el sistema de frenado ha operado correctamente, garantizando tanto la seguridad como la fiabilidad del vehículo.

Una vez finalizada la restauración y viendo el excelente resultado obtenido, solo quedaba resolver el apartado documental, que representó uno de los mayores desafíos del proyecto.

El vehículo contaba con matrícula francesa y había sido adquirido en un desguace, disponiendo únicamente de una factura de compra como documento acreditativo. El primer paso fue realizar una consulta a la policía, facilitando el número de matrícula y el número de bastidor, con el fin de verificar su situación legal. El resultado confirmó que no figuraba como robado, aunque no podían proporcionar más información y nos recomendaron dirigirnos al Consulado de Francia.

En el consulado nos aconsejaron solicitar, a través de un ingeniero técnico, una ficha técnica reducida que permitiera presentar el vehículo a la ITV y tramitar una nueva documentación. No obstante, surgió un inconveniente: el vehículo poseía un número de homologación individual, que únicamente consta en la documentación original, motivo por el cual la ITV no podía aceptar la ficha técnica reducida.

Ante esta situación, intentamos contactar con el Departamento de Tráfico francés (Service des Immatriculations). Desde allí se nos informó de que el vehículo seguía registrado y no había sido dado de baja, pero que no podían facilitarnos los documentos al no figurar como propietarios legítimos.

Para acreditar la propiedad, procedimos a otorgar un acta notarial en la que se incluía la factura de compra y dos declaraciones testificadas, documento que posteriormente fue traducido oficialmente al francés. Con toda esta documentación nos desplazamos personalmente a Francia para entregarla.

Hace pocos días recibimos la documentación original del anterior propietario, lo que finalmente nos permite continuar el proceso. Ahora únicamente resta viajar a Francia para superar la inspección técnica (ITV francesa) y obtener la carte grise (permiso de circulación francés), paso previo para tramitar su catalogación como vehículo histórico en España.

Una vez finalizadas la restauración mecánica, estética e interior, se procedió a la puesta a punto integral del vehículo, con el objetivo de asegurar su correcto funcionamiento y fiabilidad en todas las condiciones de uso.

Se revisaron y ajustaron todos los sistemas mecánicos, comenzando por el motor, que tras la rectificación de cilindro, cigüeñal y bomba de gasóleo, fue probado exhaustivamente para verificar compresión, consumo de combustible y correcto rendimiento. Se realizaron ajustes finos de carburación, encendido y sistema de alimentación, asegurando una entrega de potencia estable y uniforme.

El sistema de transmisión y chasis también fue revisado y ajustado. Se comprobó la alineación del tren de rodaje, la fijación de amortiguadores y suspensión, así como el correcto acoplamiento del chasis reparado. Para evaluar el comportamiento real del vehículo, lo hicimos circular por varios tramos de polígono y zonas poco transitadas, lo que permitió verificar la estabilidad, maniobrabilidad y respuesta de todos los sistemas bajo condiciones controladas, corrigiendo pequeñas desalineaciones y asegurando un desempeño seguro y confiable.

Se llevó a cabo una revisión completa del sistema eléctrico, confirmando el correcto funcionamiento de todos los instrumentos, iluminación, fusibles y dispositivos auxiliares. Se realizaron pruebas de duración para garantizar la fiabilidad de cada circuito.

El sistema de frenos, previamente reconstruido y adaptado con líquido de silicona, fue probado en distintas condiciones de carga y temperatura, asegurando un frenado uniforme, eficaz y seguro.

Finalmente, se realizaron ajustes estéticos y funcionales finales: verificación de la correcta instalación de la tapicería y la capota, alineación de puertas y cierres, así como comprobación de neumáticos y llantas tras su restauración.

Tras estas labores y las pruebas dinámicas en tramos controlados, el vehículo quedó completamente operativo, seguro y con un rendimiento óptimo, listo para circular y superar la ITV francesa, previo paso a su catalogación como vehículo histórico en España.

Tras completar la restauración y la puesta a punto del vehículo, hemos tenido la oportunidad de participar en varios encuentros de vehículos históricos, destacando nuestra asistencia a eventos en la localidad de Cabra del Camp y en El Pla de Santa María.

Estas participaciones nos han permitido mostrar el resultado de la restauración y compartir la experiencia de trabajo realizado con otros aficionados y expertos en vehículos clásicos. Durante los encuentros, el vehículo fue exhibido en condiciones óptimas, mostrando tanto el acabado estético como el correcto funcionamiento de todos los sistemas mecánicos y eléctricos.

Además de la exhibición, estas experiencias ofrecieron la oportunidad de intercambiar conocimientos y experiencias con otros coleccionistas y restauradores, así como de recibir comentarios y valoraciones sobre la fidelidad de la restauración y la conservación del vehículo.

La asistencia a estos eventos también permitió probar el vehículo en desplazamientos controlados en entornos seguros, evaluando su comportamiento en circulación lenta, maniobrabilidad y respuesta de los distintos sistemas, consolidando así la seguridad y fiabilidad tras la restauración.

Estas participaciones han sido, además, una excelente manera de difundir el valor histórico y cultural del vehículo, promoviendo la conservación de clásicos y reforzando el conocimiento sobre modelos poco comunes y difíciles de encontrar en el mercado actual.